CÓMO SUPERAR EL CÁNCER PINTANDO DE COLOR TUS SUEÑOS

¿Cuál es tu complemento favorito? El mío es el pañuelo, como no podía ser de otra manera.

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Mi padre murió cuando yo era muy pequeña, así que mi madre decidió montar un pequeño taller donde pintaba a mano pañuelos de seda y así fue cómo salimos adelante a finales de los años 60, cuando el espíritu hippie comenzaba a inundar los corazones de la gente.

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Los pañuelos de mi madre tenían un diseño muy original y pronto se convirtieron en el complemento favorito de muchas señoras de la ciudad. Mi madre no usaba ninguna técnica especial, pero era una persona muy intuitiva y me enseñó a plasmar cualquier sueño que tuviera en los pañuelos de seda que pintaba. Solía repetirme: «Todo lo que puedas soñar, lo puedes pintar». Y así fue cómo aprendí a hacer realidad mis sueños y a pintar pañuelos de seda como sólo ella sabía hacer.

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Los años fueron pasando y las dos seguimos con nuestra vida y trabajando juntas en el taller, hasta que cumplí 40 años.

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De repente, un día todo cambió. Mi madre comenzó a confundir los colores y a sentirse desorientada. Al principio pensé que era debido al cansancio, pero le hicieron todo tipo de pruebas y le diagnosticaron alzheimer.

Intenté no alterar su rutina y las dos continuamos pintando los pañuelos de seda, pero a los pocos meses ella ya no recordaba cómo se cogía el pincel, así que tuve que continuar yo sola en el taller, pues cada vez teníamos más encargos.

A los pocos meses, me detectaron cáncer de pecho en una revisión rutinaria. Después de la operación tuve que someterme a varias sesiones de quimioterapia y mi pelo comenzó a desaparecer con la misma rapidez que los días felices de mi infancia.

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Intenté mantener el ánimo, pero cuando me di cuenta me pasaba el día entero encerrada en casa.

No quería ver a nadie y ni siquiera me sentía inspirada para pintar los pañuelos de seda. A medida que pasaban las semanas, me sentía más débil, sin ganas de hacer nada y muchas noches, mientras la ciudad dormía, yo habitaba gran parte de mi tiempo en esa otra ciudad que nunca duerme, el hospital.

Mi madre estaba ajena a todo, al menos me alegró que el alzheimer le hiciera olvidar también las cosas tristes y cuando estaba a su lado me vestía con mi mejor sonrisa y un sombrero para que no notase nada, pero en el fondo sentía una gran tristeza y melancolía.

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Un día, sin embargo, decidí cubrir mi cabeza con uno de sus pañuelos de seda favoritos, el primero que mi madre había pintado a mano y cuando me vio me dijo emocionada: «Todo lo que puedas soñar, lo puedes pintar». Entonces me confesó que hacía mucho tiempo que no pintábamos juntas los pañuelos de seda y que quería volver a hacerlo. Me quedé sorprendida y maravillada, pues a pesar de su enfermedad, mi madre parecía recordar lo que pintar pañuelos había significado en su vida.

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A partir de aquel día, regresamos juntas al taller, como habíamos hecho desde que yo era una niña.

Y aunque mi madre ya no recordaba gran parte de su pasado, las dos nos sentíamos felices de volver a pintar juntas. El ver otra vez a mi madre plasmando sus sueños en los pañuelos de seda, me dio fuerzas para luchar por mis propios sueños.

Cada día soñaba con mi curación, me veía a mí misma sana y feliz y haciendo lo que más me gusta, pintar con mi madre en el taller.

Me aferré con fuerza a la vida y al poco tiempo superé con éxito el cáncer.

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Después de pasar por esta dura experiencia, me gustaría infundirte ánimo y decirte que puede que tu vida no esté exenta de dificultades y que en más de una ocasión camines por paisajes áridos donde parece no existir la música, ni los colores, ni la luz del sol, pero si cada día de tu vida tienes un sueño y emprendes el camino que te permita llegar hasta él, sentirás la fuerza e inspiración necesarias para no rendirte nunca y conseguir todo aquello que te propongas.

¿Cuál es tu sueño? No importa que sea grande o pequeño o que te parezca posible o imposible.

Lo importante es que ese sueño exista para ti, creas en ti mismo y no abandones nunca tu sueño, porque todo lo que puedes soñar, lo puedes pintar en el paisaje de tu vida y hacerlo realidad.

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7 comentarios sobre “CÓMO SUPERAR EL CÁNCER PINTANDO DE COLOR TUS SUEÑOS

    1. Querida Elena: muchas gracias por tu comentario. Sé lo difícil que es para tí y Paco este momento y no puedo decir nada que os alivie vuestra pena, ni siquiera a través de este relato, con el que intento infundir ánimo a las personas que padecen cáncer, pero todos sabemos la crudeza de esta realidad y que a veces los tratamientos no funcionan. Un beso muy grande. Ya sabes que te quiero mucho y estoy con vosotros de corazón, aunque no podamos vernos con frecuencia al vivir en ciudades distintas.

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  1. Tema muy de actualidad que creo que a todos no ha afectado de cerca, pues el que más y el que menos, si no lo hemos vivido de cerca, sí conocemos a alguien que lo ha padecido directamente o a través de un familiar. Importante en esos momentos no desfallecer, mantener la ilusión y las ganas de vivir, así como un motivo para ello, ya que se puede superar, se sale adelante, y se vuelva a la vida normal.
    Eres valiente, Amparo, al tocar un tema tan delicado como este. Un abrazo

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    1. Muchas gracias Miguel, como siempre, por aportar contenido de valor en este espacio. La actitud es muy importante en este tipo de enfermedades y yo admiro mucho a las personas que he conocido que padecen esta enfermedad y aún así están alegres, optimistas y sonríen a la vida. Yo no sé si podría….les admiro de verdad. Ésos son los verdaderos héroes de la sociedad, aquellos que salen adelante a pesar de las dificultades y no los astros del fútbol, los raperos de moda o las super modelos, como nos quieren hacer creer, dentro del mundo artificial y virtual que nos han vendido, donde nuestra vida debe ser perfecta y expuesta al público las 24 horas del día. Me estoy yendo del tema, pero ya me entiendes pues lo hemos comentado en otras ocasiones. Un abrazo amigo y gracias de nuevo

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  2. Querida Ampari:
    Una vez te felicito por haber expuesto tu gran sensibilidad en un relato lleno de esperanza y fuerza para cualquier persona que esté pasando por algún momento difícil en su vida, no necesariamente vinculado a enfermedades. Sin duda alguna, esta historia que narras sirve de empuje para intentar anhelar aquello que nos acerca a ese estado emocional, que tiene mucho que ver con los sueños que nos quedan por cumplir.

    No puedo estar más de acuerdo contigo al escribir esa frase que actúa como hilo conductor de la historia: “Todo lo que puedas soñar, lo puedes pintar”. Es conmovedor comprobar cómo las protagonistas utilizan la pintura como metáfora para seguir adelante con sus vidas, como medio canalizador de sentimientos que, a su vez, ayuda a estrechar lazos entre madre e hija y a sobrellevar con dignidad su situación actual.

    Permíteme decirte que es un relato lleno de vitalidad, porque los sueños no deben quedarse en la almohada cada noche, sino levantarlos cada día con la convicción de intentar cumplirlos para sentirnos un poco más vivos.

    Gracias por compartir tus reflexiones.

    Hasta pronto.

    Alberto

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    1. Muchas gracias una vez más Alberto por tus hermosas palabras llenas de sabiduría. La pintura siempre me ha parecido una expresión artística digna de admiración. Siempre he admirado a las personas que tienen talento para pintar, para la música o para cualquier habilidad artística, pues eso ayuda mucho a ampliar tu mente y a evadirte de los problemas cotidianos, mientras haces todo esto. Además el tema del cáncer y del alzheimer me parecen dignos de ser tratados pues son grandes males en nuestra sociedad de los que aún no podemos deshacernos, Un fuerte abrazo y gracias de nuevo.

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